¿El “Plan B” o el “Plan C”? La Reforma de al INE propuesta por el Presidente de México
¿El “Plan B” o el “Plan C”? La Reforma de al INE propuesta por el Presidente de México
Aarón Vázquez Sauza | Ciudad de México
Existe un entrevero de mentalidades. En el fondo, todos sabemos que los políticos tienen un modo de pensar en el cual, su principal motivación consiste en obtener el poder, ¿para qué quieren el poder? El que quiere ser un gobernante desea obtener las potestades de decisión del modo de emplear los recursos públicos; estamos hablando del dinero, de las tareas de las personas, de los procesos, de los objetos muebles e inmuebles, del derecho, de las relaciones y de la conducta de la población.
Lo que quiere es controlar. Pero también están los gobernados, ¿ellos qué quieren? En el tema del que estamos hablando desean la democracia, en cuyo más elemental sentido consiste en decidir por sus propios actos de voluntad quién va a tomar las decisiones. De algún modo, se supone que están confiando en algún político. Entonces, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, emite un decreto en el que desea modificar algunos campos de estructura y de funcionamiento del INE, según él, para defender la democracia, mientras tanto, los que se oponen a su plan dicen que están defendiendo a la democracia, también. A ver si entendemos el enredo, el Presidente argumenta querer defender la democracia y sus opositores están contra él porque ellos quieren defender la democracia. ¿En serio?
Los opositores al Presidente, consideran que el INE está bien tal y como está, que no hay nada qué modificar. Sí, ese mismo INE que llevó a la presidencia a AMLO, junto con la voluntad del pueblo. Mientras tanto, AMLO dice que esa institución es corrupta y que debe ser alterada, pero, sabemos que lo que quiere es asegurar que su partido llegue a la presidencia nuevamente en el 2024. ¿Por qué no deja al INE tal y como está, si al fin de cuentas, funciona perfectamente para satisfacer sus deseos? Ahí se encuentra la razón por la cual no se comprende la justificación del Plan B. ¿En qué consiste?, a grandes rasgos se trata a) el INE tiene tres funcionarios clave, el Presidente, los Consejeros y los Magistrados, se eligen internamente, pero ahora serán electos por medio de elecciones populares. En éste punto debemos ser más cuidadosos, no podemos perder de vista que eso significa incrementar costos, es gastar más dinero, también se busca dar más peso a las decisiones tomadas por consulta popular, convertir los resultados en obligaciones con el 33% del padrón, ya que a la fecha es posible con 40%; b) Crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, ya que actualmente existen organismos en cada entidad federativa que realizan las elecciones locales, es decir, son treinta y dos, conjuntamente con sus propios tribunales electorales, suman sesenta y cuatro organismos, el INEC desecharía a todos los mencionados, c) hoy en día, se asigna un presupuesto a los partidos políticos, para que existan y se desarrollen permanentemente, lo que se propone es cambiar estas condiciones para hacer que se entregue financiamiento únicamente en periodos electorales, es decir, gastar menos dinero en política; dinero público, mientras tanto, en épocas no electorales, se pretende que los partidos se financien con dinero privado.
De algún modo, el Presidente intenta justificar las modificaciones argumentando la reducción de costos, la simplificación de procesos y mayor poder para el pueblo, de forma general. Mientras tanto, los defensores del INE consideran que no hace falta hacer nada de eso. Desde luego, sabemos, también, que los detractores intuyen, consideran, sospechan, que debe existir detrás de toda esta maquinación presidencial una motivación dirigida a la obtención de mayor poder, y aunque quizás no logran aportar de modo matemático una correlación precisa y demostrada de cómo cada estipulación del Plan B se corresponde exactamente a un Plan C secreto, simplemente se da por cierto que no puede ser de otra manera. Nadie debe-puede confiar en un presidente, al menos, no en el presidente de la oposición. Pero, por el otro lado, AMLO tampoco podría explicar matemáticamente cómo cada uno de sus puntos, llevarán a la nación mexicana a una mejora democrática, ahorrando costos y eliminando la corrupción. Como siempre, se describen normas jurídicas, pero no existen tesis o demostraciones racionales y precisas de cómo cada causa produce efectos. No se hace una planeación bien argumentada con objetivo, metas, procesos y resultados pronosticados y medidos con exactitud. Son políticos, no administradores, ni ingenieros. ¿Y el pueblo? Algunos son matemáticos, administradores e ingenieros, ¿marcharon? Lo cierto es que la masa, la verdadera masa no tiene estudios profesionales ni técnicos, y ni siquiera es capaz de razonar abstractamente y tampoco de cuestionarse inteligentemente, ya que para hacer preguntas inteligentes es necesario ser inteligente o instruido.
Entonces, ¿qué democracia es la verdadera? ¿La democracia que persigue AMLO o la democracia que defienden los manifestantes? Yo conozco la respuesta: la verdad es de quien la demuestre, dejo en manos de los matemáticos, los ingenieros, los administradores, los pensantes, los científicos, o a quién corresponda, la difícil tarea de saber si en el Plan B existe un Plan C.
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